Antes de Kate Beaton, la autora de Hark! A Vagrant, había la Kate Beaton de los Beaton de Cabo Bretón, específicamente de Mabou, una comunidad costera muy unida en la que abundan las langostas, las playas, los violines y las canciones tradicionales gaélicas. Con el único objetivo de pagar el préstamo estudiantil, Katie viaja al oeste para aprovechar la fiebre del oro negro de Alberta, algo que ya es una tradición para los habitantes de la costa este necesitados de empleos con buenos salarios que no pueden encontrar en su querido hogar. Katie descubrirá la dura realidad de la vida en las arenas petrolíferas, donde los traumas suceden a diario, pero raramente se discuten.
La habilidad natural de Beaton para dibujar se muestra con toda su fuerza cuando ilustra maquinaria colosal y vehículos gigantescos que contrastan con el sublime paisaje salvaje de Alberta y las auroras y los bosques boreales. …
Antes de Kate Beaton, la autora de Hark! A Vagrant, había la Kate Beaton de los Beaton de Cabo Bretón, específicamente de Mabou, una comunidad costera muy unida en la que abundan las langostas, las playas, los violines y las canciones tradicionales gaélicas. Con el único objetivo de pagar el préstamo estudiantil, Katie viaja al oeste para aprovechar la fiebre del oro negro de Alberta, algo que ya es una tradición para los habitantes de la costa este necesitados de empleos con buenos salarios que no pueden encontrar en su querido hogar. Katie descubrirá la dura realidad de la vida en las arenas petrolíferas, donde los traumas suceden a diario, pero raramente se discuten.
La habilidad natural de Beaton para dibujar se muestra con toda su fuerza cuando ilustra maquinaria colosal y vehículos gigantescos que contrastan con el sublime paisaje salvaje de Alberta y las auroras y los bosques boreales. Patos: Dos años en las arenas petrolíferas, su primera novela gráfica, es la historia jamás contada de un país que se enorgullece de su ética igualitaria y su belleza natural mientras explota la riqueza de su territorio y de la humanidad de sus ciudadanos.
This story is not surprising, hopefully one day it will be. But the graphic novel format and the artwork grabbed my attention in a way I can't explain.
How can men be so crass, so misogynistic, so violent, when transplanted to the extreme environs of capitalist extraction far from anyplace recognizable as home? Documentary reflection after anguished disillusion and mistreatment, drolly told.
“Enjoy” isn’t quite the right word for a read that’s about something as nuanced and anguished as this is, but it’s also apt. I lingered over it and zoomed through it. It’s generous and devastating, sympathetic to the awful positions poor people find themselves in to get by and to the ways it warps who they are, and devastating in how it depicts the violence directed at everyone—women and the land, especially, but also the men who are used up without regard to turn profits for the company.